Sieg the Lawler
Mensajes : 15 Fecha de inscripción : 18/06/2010
| Tema: Yû Nendo Dom Jun 20, 2010 9:22 am | |
| Información Personal:
Nombre: Yû Nendo
Nombre en Habbo: Lawliett
Clan: Arcillista
Hermanos: None
Hijos: None
Informacion Fisica
Edad: 15
Sexo: Masculino.
Fecha de nacimiento: 11 de Marzo de 1994
Altura: 1.85
Peso: 60 Kilos
Color de piel: Algo tostado.
Color de pelo: Castaño.
Color de los Ojos: Marrones claros.
Distinción: Lleva cuero, y un colgante con una insignia de León.
Información ninja:
Aldea: Iwagakure no Sato
Rango: Gakkosei
Elemento: -
Biografia o historia: La mentalidad de Yû era fría, seria pero apacible. No le temía a nada, y por ello consideraba que merecía un puesto mejor que el que conservaba. Yû provenía de la familia de artificieros Nendo. Cada día se internaba en el claro del bosque para practicar sus habilidades como arcillista, moldeando formas y haciendolas estallar. En una de estas, se topó con una Kunoichi joven. Era más baja que él, y estaba sentada en la rama de un árbol, hondeando un Kunai en su dedo índice. Ésta bajó, y con un aire de superioridad y misterio se le acercó. Yû como de costumbre no se fiaba de nada, y retrocedió, pero ella, de puntillas, se le echó encima, y le susurró en la oreja algo. Yû , desconfiado, entabló dialogo con ella, hasta que un rato más tarde, desapareció. Era muy, "Poco común".. De tanto entrenar, las Bocas de las manos de Yû se hicieron fuertes y resistentes, de manera que cada vez podía usar más arcilla, y moldearla de manera más compleja. Una vez, en uno de sus entrenamientos, Yû tuvo un incidente con su mano derecha. Al parecer, había detonado sin querer una de sus creaciones, sin saber que tenia aun restos de arcilla en la mano, y le detonó en la boca, provocandole un serio corte transversal a la mano. Intentó vendarlo como pudo, pero seguía en la misma situación. No cicatrizaba, y parecía serio aquel corte. Debido a que en su villa no había escuadrón médico que pudiera ayudarle, fue a la villa del sonido, al país del arroz. Había oido que en la villa había un mercado negro , quizás allí vendieran algún tratamiento que le ayudara. Al llegar a las puertas, unos Jônnins le restringían el paso. - Necesito pasar.. Vengo a comprar .. - Me temo que no, jovencito. No puedes pasar sin una autorización expresa. De pronto, de la nada salió aquella chica tan misteriosa, se cojió de su brazo... - Vamos hermanito, ya has vuelto, ¡ qué bien ! Los Jônnin, confusos, le dejaron pasar al fin. Una vez dentro Yû se soltó de inmediato de ella, y le tuvo que explicar, por su mirada escrutadora, qué hacia allí. Ella le miró, y le dijo que podía curarle. Así que fueron a una azotea, alejados de la multitud, y procedió a curarle la mano. Yû agradecido, moldeó una rosa de arcilla, y se la regaló. - Si la horneas, y la expones al frio, se endurecerá. - Interesante .. - Murmuró ella. - Es más que nada para que dure .. Tras el pequeño dialogo, bajaron de la azotea, y Yû se fue por donde vino, despidiendose de ella. Horas más tarde, se topó con un sujeto extraño, armado con un par de Sables , dirigirse a la villa del sonido. Preocupado por el aspecto de aquel extraño, corrió tanto como pudo a la villa , pero para entonces aquel hombre ya estaba rebanando cabezas a unos Jônnin que no le cedían paso. Yû, preocupado, corrió en busca de aquella chica tan misteriosa, y la cojió del brazo, llevandola fuera de la villa. - Ehm, ¿Qué haces? - ¿Qué hago? Si quieres te dejo con aquel lunático, matando a gente como un loco .. - No necesito un guardaespaldas. ¿Porqué has hecho esto? - Porque ya empezaste a importarme. En aquel momento, surgieron miles de papeles que se pegaron a Yû. Él, sorprendido, empezó a rodar y a despegarselos estresado. - Hans, Basta ... De pronto surgió un tipo de un árbol, con papeles volando a su alrededor. - Bueno, Bueno - Decía aquel extraño, mirandole fijamente. Yû ladeó su cabeza, y le miró a los ojos. - ¿Y este? - ¿Qué haces raptándola? - ¿Yo? ¿Raptarla? ¿Qué pasa contigo? - Aver, tio, le he cojido y le he traido aquí, lejos de aquel cazurro asesino, que es más de lo que tú has hecho, así que no hables si no tienes ni puta idea. - Y tu no hables si no quieres que te mate. - Además, yo .. Esto, ¿Qué has dicho? - Lo oíste - Dijo dandole la espalda. De pronto, la chica se interpuso en lo que acabaría siendo el rosario de la aurora. - Ahí quietos, no se peleen. Yû, tenso, se largó del lugar. Ya le daba igual casi todo. | |
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